Canción del grupo Las Orejas del Lobo, del disco "Toda una vida" (2004)
No había nacido y su destino estaba escrito ya,
En grandes letras de Metal
Su forma de mirar las cosas,
Su forma de hablar,
Ya nada lo iba a cambiar,
Se crió en la calle viendo a los demás,
Aprendió en los bares quien le iba a enseñar.
Un corazón de acero hizo para defenderse del crudo mundo real,
Inoxidable resistente y sobre todo grande,
que todos puedan entrar.
Niño que fue hombre por obligación,
Hombre que fue niño lleno de ilusión,
Y al pasar el tiempo aprendiste a no esperar,
Nada que no tengas ya.
Y a correr los años nadie te supo mirar.
Y ver un poco más allá,
De tu chupa de cuero,
De tus vaqueros negros,
Y de tu poca piel sin tatuar,
La blanca calavera, pintada en la bandera,
La única que hiciste ondear.
No había nacido y su destino estaba escrito ya,
En grandes letras de Metal,
Su forma de mirar las cosas,
Su forma de hablar,
Ya nada lo iba a cambiar.
Se crió en la calle viendo a los demás,
Aprendió en los bares quien le iba a enseñar
Y al pasar el tiempo aprendiste a no esperar,
Nada que no tengas ya,
Y al correr los años nadie te supo mirar,
Y ver un poco más allá,
Y al pasar el tiempo aprendiste a no esperar,
nada qie no tengas ya,
Y al correr los años nadie te supo mirar,
Y ver un poco más allá.
9 years назад
12 years назад
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